Las tres últimas pandemias se originaron en Asia, avanzaron hacia occidente y pasaron a América.
Las pandemias tienen características comunes:
aparición de un nuevo virus gripal de cepa A (en lo que corresponde a los antígenos hemaglutinina, neuraminidasa o ambos)
existencia de población mundial sin inmunidad previa por ser un virus nuevo.
alta capacidad infectiva (trasmisión) de la cepa.
La letalidad acumulada de las epidemias supera, en mucho, a la de las pandemias.
Sensibilidad y especificidad en los síntomas
La sensibilidad es la probabilidad de clasificar correctamente a un individuo enfermo. Por ejemplo, el 86% de los pacientes con gripe presentaban fiebre.
La especificidad es la probabilidad de definir de forma correcta a un individuo sano. En otras palabras, la mayoría (el 75%) de la gente con fiebre no tenía gripe.
Todos estos hallazgos, especialmente la fiebre, fueron menos sensibles y específicos en personas por encima de los 60 años.
Diagnóstico diferencial
· Resfriado común: puede ser difícil diferenciarlo en sus primeras fases, pero normalmente los primeros síntomas de la gripe son de representación más brusca y son más intensos y duraderos que sus equivalentes en el cuadro catarral.
Faringitis estreptocócica: su clínica inicial puede ser similar pero pronto aparecen los exudados purulentos típicos.
Adenovirus: sus procesos tienen un inicio progresivo y el dolor faríngeo es mayor
La mayor dificultad diagnóstica, si la epidemia aún no está establecida, puede darse con:
Enterovirus y arbovirus: tienen un cuadro clínico apenas distinguible pero por el contrario sin tos. Ambos tipos de virus son, con frecuencia, responsables de la llamada gripe abdominal.
Dengue: tiene una clínica (conjunto de síntomas y de signos) muy similar a la de la gripe.
Las pandemias tienen características comunes:
aparición de un nuevo virus gripal de cepa A (en lo que corresponde a los antígenos hemaglutinina, neuraminidasa o ambos)
existencia de población mundial sin inmunidad previa por ser un virus nuevo.
alta capacidad infectiva (trasmisión) de la cepa.
La letalidad acumulada de las epidemias supera, en mucho, a la de las pandemias.
Sensibilidad y especificidad en los síntomas
La sensibilidad es la probabilidad de clasificar correctamente a un individuo enfermo. Por ejemplo, el 86% de los pacientes con gripe presentaban fiebre.
La especificidad es la probabilidad de definir de forma correcta a un individuo sano. En otras palabras, la mayoría (el 75%) de la gente con fiebre no tenía gripe.
Todos estos hallazgos, especialmente la fiebre, fueron menos sensibles y específicos en personas por encima de los 60 años.
Diagnóstico diferencial
· Resfriado común: puede ser difícil diferenciarlo en sus primeras fases, pero normalmente los primeros síntomas de la gripe son de representación más brusca y son más intensos y duraderos que sus equivalentes en el cuadro catarral.
Faringitis estreptocócica: su clínica inicial puede ser similar pero pronto aparecen los exudados purulentos típicos.
Adenovirus: sus procesos tienen un inicio progresivo y el dolor faríngeo es mayor
La mayor dificultad diagnóstica, si la epidemia aún no está establecida, puede darse con:
Enterovirus y arbovirus: tienen un cuadro clínico apenas distinguible pero por el contrario sin tos. Ambos tipos de virus son, con frecuencia, responsables de la llamada gripe abdominal.
Dengue: tiene una clínica (conjunto de síntomas y de signos) muy similar a la de la gripe.
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