jueves, 10 de junio de 2010

Para saber más.


Patogenia
Cursa como una gripe normal (tos, rinorrea, fiebre alta, cefalea, dolor ocular y faríngeo, artralgias y astenia) pero ocasionalmente puede evolucionar rápidamente (en unos 5 días) a
neumonía atípica (neumonía vírica que presenta escasos signos en la exploración física pero que es muy evidente a RX) con dificultad respiratoria aguda fulminante en la mitad de los casos.
La neogripe A está afectando principalmente a los adultos jóvenes y sanos. Esto se ha querido interpretar como motivado por la existencia de inmunidad cruzada con alguna epidemia anterior, con la que habrían tenido contacto la población que ahora parece más protegida (los mayores de 55 años). Esta explicación es poco compatible con la escasa huella inmunológica que suele dejar el virus gripal, dada su mutabilidad, pero ha sido confirmada por el Dr. Daniel Jernigan, jefe de epidemiología gripal en el Centers for Disease Control and Prevention de USA tras demostrarse que gente mayor de esa edad posee anticuerpos que atacan el nuevo virus. Es muy probable que haya inmunidad cruzada con la epidemia de gripe rusa de 1977 (no confundir con la pandemia rusa) que también fue del subgrupo A-H1N1 y que a su vez tenía inmunidad cruzada con cepas A-H1N1 de los años cincuenta, pero ello no implica, en absoluto, que todos los mayores de 55 años sean inmunes al nuevo virus.
Al parecer la contagiosidad solo es de una semana, pero se ha reportado que los niños y los pacientes inmunodeficientes pueden propagar el virus durante más de 10 días.
La gripe estacional tiene una "tasa de ataque secundario", que es el porcentaje de contactos que la contraen desde una persona infectada, de entre el 5 y el 15 por ciento, según datos de la OMS, pero en la neogripe A la tasa es superior al 30% pues su contagiosidad es alta.


Vacunación.
Al parecer las
vacunas disponibles actualmente no son eficaces pues no incluyen esta nueva cepa y no hay inmunidad cruzada entre la neogripe A y las actualmente comercializadas.
En teoría no habrá gran dificultad (al contrario como sucede con otras enfermedades como el
SIDA y la malaria) en obtener una vacuna eficaz, pero el conseguirla y fabricarla en las cantidades necesarias va a requerir varios meses.
La evolución de la pandemia de la neogripe A depende en gran medida de la rapidez en la obtención de una vacuna eficaz que es de suponer que esta vez será preferentemente con virus muertos y no con atenuados. Probablemente se necesitarán, acelerando los procedimientos ya muy estandardizados pero obsoletos, unos dos meses, con lo cual sí que estará disponible para el próximo invierno del hemisferio norte, pero los plazos son muy ajustados para el hemisferio sur donde el invierno, que es cuando la propagación de la gripe es facilitada por las condiciones ambientales, ya está muy cerca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario